A día de hoy es raro encontrar alguien que no sea activo en alguna red social, o que al menos no la conozca. Pasa lo mismo con las empresas, desde hace un tiempo, parece imprescindible tener una cuenta en twitter o instagram, porque sino parece que no existe. Pero esto no siempre ha sido así. Hubo un tiempo, que solo era necesario un gran escaparate, tener el local ubicado en una zona de gran afluencia o hacer buenos descuentos para conseguir buenas ventas.
Año 1997, Andrew Weinreich presenta al mundo SixDegree. Una especie de agenda virtual que nos permitía encontrar otros miembros en la propia red, amigos de amigos. Basada en la teoría de los seis grados, la cual afirma que cualquiera podría conectar con cualquier otra persona en tan solo 6 pasos. Llegaría su fin en el año 2001.
Desde entonces, muchas han sido las redes sociales aparecidas a lo largo de los años, con más o menos éxito. Windows Live Messenger, Fotolog, Myspace, Tuenti o Google +, son algunas de esas que se quedaron por el camino, algunas con más recorrido e impacto en nuestras vidas. Otras, ya consolidadas y con cientos de miles de usuarios, siguen hoy en día siendo las redes sociales de referencia. Hablamos por supuesto de Facebook (2004), YouTube (2005), Twitter (2006), Whastapp (2009) o las más recientes como Twitch (2011) y Tik Tok (2016).
Y al igual que han ido apareciendo nuevas redes sociales, el uso que se ha ido haciendo de ellas también ha cambiado. Al principio, como toda novedad, provocó reticencias, sobre todo en el mundo empresarial. No consideraban necesario tener presencia en el entorno digital. Pero claro, los móviles evolucionan, y dejan de ser un simple instrumento para llamar cuando estás fuera de casa y se convierten en un pequeño ordenador. Esto provoca que cada vez más gente tenga una cuenta en alguna red y pasemos más tiempo utilizando este tipo de dispositivos. A esto hay que sumarle el crecimiento de empresas de retail, como Amazon, que venden únicamente por internet.
Ante estos cambios de consumo, a las empresas no les queda más remedio que introducirse, de prisa y corriendo, en el mundo digital. Llegamos entonces a lo que se podría denominar como escaparates virtuales: se vuelcan los inventarios de las tiendas en la red y se utilizan las redes para dar a conocer todos los productos que se tienen en stock.
El entorno digital sigue creciendo y cada vez son más las personas que compran por internet y utilizan las redes sociales para conocer las opiniones de otros usuarios. Es en este momento cuándo empieza a surgir una nueva figura en internet: los influencers. Personas con miles de seguidores en sus cuentas que empiezan a hablar, probar y recomendar todos los productos que compran, a través de videos que publican. Nuevo cambio en la publicidad. Además de hacer campañas de publicidad en medios clásicos y digitales, ahora hay que conseguir, previo pago, que un influencer hable y recomiende nuestros productos.
Es en este momento donde se produce el último (de momento) cambio. Hasta ahora bastaba con tener una web atractiva, publicar con frecuencia en redes o además, contar con un influencer, ahora ya no basta. La gente demanda más. No esperan mejoras en la web o más publicaciones, sino que esperan interacción. Que cuando tengan una duda sobre un producto, alguien de la marca se lo resuelva. O que los cambios y demandas que puedan tener, sean escuchadas.
Instagram o Facebook ya no son un simple escaparate, se han convertido en una comunidad donde las empresas pueden (y deben) interactuar con su audiencia. Un lugar donde hablar de forma directa con los clientes y conocer de primera mano sus necesidades. Esto beneficia de forma notable a las empresas, que lo tendrán más fácil a la hora de lanzar nuevos productos al mercado.
De ser unas completas desconocidas, a formar parte imprescindible de la comunicación de una empresa. Este ha sido, por el momento, el último de los cambios que han experimentado las redes sociales, pero estamos seguros de que no tardará demasiado en producirse otro. Estaremos atentos y en cuanto se produzca alguno, te lo contaremos.
